A ratos te pienso.
Solo a ratos nada más.

Por ejemplo: en la mañana cuando preparo el café
y como siempre sucede, me queda mal otra vez.
Yo núnca he logrado hacerlo. 
Como el tuyo no hay igual.
También te pienso en un libro o cuando veo un canal.
Siempre el que te gustaba pero a mí me daba igual.
Ya conozco de memoria las canciones que escuchabas;
las de Silvio, las de Fito, las de Sabina y Serrat;
los poemas de Neruda, de Vallejo y muchos más.

Solo ratos te pienso.
Solo a ratos nada más.

Tu sitio siempre vacío a la hora de cenar
y aunque no estés yo recuerdo lo que solías hablar;
que si a un perro en la calle lo fuistes a acariciar
y al que canta allá en el metro, el que no sabe cantar,
le dejaste diez monedas porque no llevabas más.
En el coche tu perfume, que me hacía estornudar,
ya no se siente y se extraña y en la casa ya no hay más.

Solo a ratos te pienso.
Solo a ratos nada más.

Por las noches, en el lecho acaricio tu lugar
y busco tu olor en la almohada aunque se que ya no estás.
Tus fotos las veo a escondidas.
Solo yo se donde están.
Las guardo con los recuerdos que no pudiste llevar,
y no quiero que pienses que no te puedo olvidar.

Solo a ratos te recuerdo.
Solo a ratos nada más.

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