VERSO INCONFORME
Vivo a la espera de la verdad que nunca fue,
entre pancartas sin luces
que me anuncian la realidad
que se pierde en algún desengaño.
Mastico la miseria
que hace años hizo nido en el alma
del callado decir que teme al golpe mortal
de los que alguna vez prometieron,
de los que aún gritan discursos,
de los que nunca hacen.
Intento dar luz a las verdades
y ahí está el gélido zarpazo de la ignominia
despedazando al hombre que quiso hablar
o lanzando al mar su idea
que perece entre las espumas blancas
o llega más allá para al fin poder ser
o simplemente abrir los labios
que una vez fueron sellados.
Lanzo mi verso inconforme,
vanidad que obliga a desnudar la voz
entre aguaceros de palabras
que algun voraz fuego de falsos hombres
quisieron un día arrancar de mis nubes.
DECIR
Llegan los constantes golpes,
puñales lacerando el alma;
entonces hay que gritar.
Como río emanando desde tus venas
brota la sangre de tus palabras
salpicando cada rincón
para pintar con verdades la vida,
para matar tanta mentira.
Esas son nuestros andares
con un sueño en la diestra
y un decir en cada esquina.
GRITOS
Siento el silencioso mordisco
en la perpetuidad de la noche,
uñas clavándose
en el alma de la gente que gime
desde su eterno suplicio de panes malolientes
bebiéndose de un trago sus angustias.
Madres ahogadas en llantos de amores
cuando otros juegan a ser dioses
en la nueva religión de los que mandan,
dictaminan,
enjuician,
matan.
Siento el grito de la mañana cercada por las sombras,
grito de los pueblos
que ente ruinas se levantan.
LÁGRIMAS EN EL CAMINO
Se siente el llanto del camino que te besa
los ensangrentados pasos.
Sollozos de nostalgias pariendo sueños.
Rezos de un adiós.
Incertidumbre.
Miedos.
Y la selva te devora las ganas
con sus verdades de muerte tejiendo enredaderas
donde se pierde la libertad de la mirada.
Espaldas mojadas de lágrimas
sucumbiendo en un abismo de huesos y carnes
con las alas cansadas desde el vuelo del alma
hasta la encrucijada
que te asecha camuflada en este hoy sin mañana.
Y dejas el invierno que te duele
para ser golondrina que se hace al cielo
pintando trazos de nubes blancas
en la ajena ciudad que te atrapa
con sus máscaras de luces
y el fatuo resplandor de satánicas danzas.
Llanto de los hijos que perdieron la infancia,
de las madres destinadas al suspiro
en ajenas tierras que profanan la esperanza.
MIEDOS
Oscuras garras quiebran los muros,
llaman desde el oculto odio de sus fauces,
las rojizas oquedades de sus vacíos ojos
me miran sin ver,
pero me sienten,
saben que estoy.
Un escudo de luz como amuleto,
un rayo de sol empuño y no se acercan,
temen fenecer.
Gritan,
blasfeman,
ríen a carcajadas
y en la calle muere el hombre que quiso pensar
mientras yo me guardo todas las luces.
Miedo a las sombras que me hacen débil,
miedo a ser ese hombre que yace
porque el temor de otro hombre asesinó su palabra.
Sonrío desde mi cobardía ante la muerte.
Ella pudo hacer
Lo que no pueden las sombras.
DETENIDA EN EL TIEMPO
Hay poesía en ti,
aún vistiendo harapos,
con la mirada marchita y el corazón destrozado;
con la cicatriz del golpe
que te duele cada día,
hay en ti poesía.
Hay sonrisas escondidas
a la espera de un mañana;
sonrisa que alguna vez fuera luz en tus labios,
sangrantes tus venas
que mueren desde tus pasos,
desde la muerte,
el ocre color de tu condena
y el pesado mordisco de grilletes oxidados.
Hay poesía en ti,
tierra detenida en el tiempo,
tierra de viento en calma.
Esperas,
solo esperas el momento
cuando la tormenta se levanta.
VIENTO INVERNAL
Sopla el viento frío,
gélidas muecas mastican el alma
y hacen su fiesta
desde algún ayer guardado
entre las amarillas cartas de un día que no fue.
Invernales soledades reposan en mi almohada
junto al eterno descanso
de los labios carentes de palabras.
Nieva en mis cabellos,
desértico espacio a contraluz mi habitación vacía
y siguen ahí los malditos fantasmas
abofeteando los minutos que andan a mi alrededor,
junto a mis eternos rezos a los dioses,
junto tanta necesidad de decir.
GOLPES
Levantas tu mano,
filosa daga que se hunde en la piel
buscando matar las verdades
porque le duelen a alguien.
Levantas tu mano
y la sangre grita desde tu propia sangre,
desde el dolor de otros tú
que se atrevieron a pensar.
Y tus ojos vendados para no ver,
tu boca sin hablar porque hablar es pecado,
porque le molesta a tus falsos dioses.
Levantas tu mano
y muere tu hermano,
sencillo mortal
que quiso ir desde sus propios pasos.
SOMBRAS EN MI ANDAR
Me duelen las sombras
que llueven
cuando mis pies buscan caminos,
diferentes caminos que se esconden
con los gritos de tanta gente.
Me duele no ver mañanas
con mis ojos cargados de horizontes
sobre las nuevas olas que se niegan a besar mis playas.
Huesos rompiéndose
junto al sueño que nunca fue
porque cercenaron sus alas
aquellos que desde lo alto
la libertad de volar encadenaban.
Salitre en la espalda del que anduvo sobre el mar,
del que quedó varado pensando quimeras
o aquel que lanzó su piedra
y me llama.
Me duelen los abuelos y los ayeres
cuando el después se pierde
en la eterna noche que no acaba.
EN REVERSA
Ahí está ella
flotando sobre las olas.
Heridas en el alma
que queda hecha polvo,
hecha nada
cuando me duele hasta los huesos,
hasta la vida misma que se acaba.
Gemidos cargados de nostalgias,
promesas,
falsas palabras para hacer sueños
que pierden la esperanza.
Tierra hecha con trozos de amor,
semilla de mis ancestros,
cuna de los hijos que están
y los que alzaron el vuelo hacia algún lugar.
Ahí está
y yo con ella,
con las nieves del invierno en mis cabellos.
Dolor multiplicado por la tierra
que muere con el tiempo
porque la vida se escapa más de prisa
si caminas en reversa.
Tierra bendecida ayer
que agoniza desde el dolor que corroe el alma
porque le duele
el cruel zarpazo abriéndole las venas.
Las horas detenidas
negando el mañana a la luz
y la luz silenciada por los nuevos fariseos.
Falsos profetas.
Apocalíptica caricia de muerte
haciendo caminos sobre mis espaldas.
Ahí está
y yo con ella.
NO VALEN LOS LLANTOS
No vale el cansancio
cuando la tierra toda reclama tus cantos ,
cuando hacer es necesario.
No valen los llantos
por el flagelo y los porrazos
si no te levantas con la palabra y el verso,
con el alma más fuerte
sin hacerte a un lado.
Abrirse caminos abrazando el cambio
cuando es cambio de todo
y espinas se alistan
para herirte los pasos.
CIUDAD FANTASMA
Hay una ciudad flotando entre sombras.
Una ciudad de luces apagadas
y bocas resecas por tanta sed.
Vuelo sobre los tejados atrapando las quimeras
que dormitan entre sábanas.
No hay calles en mi ciudad,
no hay vida
porque la vida le teme a las tempestades.
Cierro los ojos,
busco la luz
y vuelven a cubrirme las sombras.
Hay una ciudad que
dejó de ser
para hacerse silencio y oscuridades.
MI VOZ DESDE LAS LETRAS
Se puede ser voz desde las letras,
ser garganta en gritos
por aquellos excluidos que reclaman un lugar,
un sólo minuto para vivir, un poco respirar.
Se puede,
sí se puede romper el cristal y salir,
andar entre muchos,
caminar con todos los que no pudieron soñar,
volar con alas nuevas,
cantar un himno de esperanza,
ser destino y vida.
Se puede dejar de ser sombras,
apagadas luciérnagas temerosas del vuelo nocturnal
y encendernos entre destellos haciendo verdad la palabra.
Se puede ser poema
y alzar al que ha muerto tantas muertes
desde la mísera vida que le ataca.
Arena y mar en un abrazo,
horizonte alcanzable, final y comienzo de todo.
Se puede continuar.
AFUERA HAY UNA GUERRA
Hay una pequeña guerra,
todos mis demonios luchan entre ellos,
despiden fuego desde sus oscuras fauces.
Juego yo con mis demonios,
les hablo de Dios y explotan diciendo obscenidades.
Sólo yo los entiendo
y al final nos perdonamos.
Son mis demonios,
habitan en mí,
sin mí no serían.
Allá afuera hay una pequeña guerra cada día,
la gente se olvida del amor,
mueren,
viven muriendo y vuelven a morir.
Hay una guerra
donde la gente deja de ser,
donde la gente tropieza perdiendo el camino.
Hay golpes quebrando almas.
Afuera continúa la guerra;
guerra de mentiras y falsedades,
de odios,
de adoctrinados monigotes que olvidaron pensar.
Hay una gran guerra,
pero aquí están mis demonios
que me ayudan a vencerla.
LA FUERZA DE MIS MOLINOS
Traté de huir de los molinos,
quijotesca escapada por temor a mí;
míticas formas difusas sin cuerpos, sin vida.
Reinaban todos los miedos.
Míseras guerras,
sombría lluvia sobre la vida.
No fue el oxidado chirriar de las viejas aspas,
era el gemir de la tierra toda que se moría.
Y fui soldado desde mis letras,
desde mi vuelo de libertades,
desde nuestro mutuo amor.
Entonces el fusil no fue más,
el odio no fue más,
la sangre no fue más,
la muerte no fue más.
Mis molinos volvían a girar, a girar con fuerza.
Viento fuerte barriendo los fétidos desechos de la ignorancia
para derribar fronteras.
Y volví a caminar hacia el sol,
con el mortal repleto de abrazos.
DEJARÉ DE SER
Cuando se quiebre la palabra
y no sea verdad desde mis versos,
cuando enmudezca aquel que quiso gritar
y le cortaron la voz;
cuando la falsedad se disfrace de certezas
y los necios las crean,
las repitan,
las lleven como bandera.
Cuando mi mano izquierda
deje de tener una compañera
por, sencillamente ser derecha.
Cuando lo humano deje de ser humano
y se alce la tribuna del que mata,
del que quiere ser inviernos
porque le molestan los veranos.
Cuando se castigue las ideas del que piensa
porque a otros le molesta cuando sueñas.
Ese día en que no exista un poema
que se abra hasta el vuelo
y en jaulas tenga que enmudecer.
Ese día dejaré de ser.
FALSEDADES
Hay realidades que dejaron de ser,
realidades con máscaras
sobre un escenario de mentiras.
Hay falsas verdades diciendo ven,
escúchame,
créeme.
Baratijas de colores brillantes
que te subyugan y te colonizan.
Realidades creadas
para matar el pensamiento,
para hacerse voz en tus oídos,
para hacerte vivir sin ser tú.
OTRA VEZ LOS GOLPES
Intento de hacerme cómplice de tu soberbia,
de llevarme allí donde hay gente que,
diferente a ti,
pero piensan, no se callan sus verdades
y las verdades te molestan.
Y vienes a decir, golpea,
da igual que sea tu hermano,
por mí golpea.
Escondes tu cobarde rostro
detrás de algunos puños que te deben,
que temen a tu poder.
No... No soy de esos que te sonríen
ensangrentado sus manos.
TRAVESÍA
Quiso encontrar
y lanzó sus pasos al camino.
Quiso cambiar su destino.
El sol le quemó la piel,
el rostro besado por el mar
y las olas haciéndole guiños.
Sólo quería cambiar.
Buscaba olvidar el tiempo,
cuando el tiempo era juego del azar.
Ser hombre
cuando el niño que tuvo dentro,
por caprichos de otros,
dejó de estar.
¡Ay!
Todo se quedó en las olas.
La vida se quedó en el mar.
CIUDAD
Anduve, descalzo de vanidades
por tus calles.
En cada parque di reposo a mi cansancio
bebiendo la sombra de algún almendro.
Caminaba bajo tus luces de ayer
salpicando de colores el recuerdo
bajo las terribles sombras
que hoy te acompañan.
Piel y huesos marchitos,
sangrantes heridas
por el pellizco del tiempo
que te roba la vida.
Te pienso en el alma de los hijos
que nunca pudieron,
de los que dejaste partir
y nunca volvieron,
de los que gritaron discursos que no cumplieron.
Te pienso mendigando amores
con puertas abiertas a las que nadie llega.
Aún así,
te pienso y te quiero.
MANOS LEJANAS
A dónde se fueron tus manos?
Te lloran los hijos sin la caricia temprana,
te llora la tierra que te reclama
porque se muere la vida sin decirte nada.
Y tú partiendo por el sendero de tantos pasos
en busca de de alguna luz que entre mil luces se esconde
como fuego que quema el alma de tus pupilas.
Tú, buscando salidas desde las puertas cerradas,
de esas que te dicen no
o blasfeman a tu espalda.
A donde se fueron tus manos hechas de sudor y tierra?
Se marcharon,
no regresan,
sueños de grandezas muertas que al final no fueron nada.
A donde se fueron tus manos
que se sienten tan lejanas?
ROSTROS DESNUDOS
Soy la única versión de mí mismo,
de carne y huesos soy,
con sueños
y con demonios acostumbrados a estar conmigo.
Soy el de los imprevistos,
el que se atreve a matar fantasmas
porque aprendió a pensar,
a decidir mi tiempo de ser.
Voy a desterrar todos los miedos de ayer
desnudando la paz que ahora tengo
sin disfraces y sin vergüenzas.
Estaré allí,
en el camino,
con el decir de otros hombres
que también se han desnudado el rostro
para escapar del olvido.
MENOS MAL QUE QUEDAN LOCOS
Menos mal que aún respiro.
Me asomo a la ventana del mundo
con ganas de andar buscando locos
y descubro que los mierdas también piensan
aunque lo hagan muy poco.
Menos mal que llevo cubierto el rostro
porque hay pensadores que apestan.
Suelto mis pasos sin cadenas y
escucho hablar al moribundo,
gemidos de gargantas secas
de tanto gritarle al sordo inmundo
que vuelve el rostro a las quejas
creyendo mantener el rumbo.
Me hinco de rodillas ante un dios
que yace con ojos cerrados,
rezos de antiguos credos
que duermen también en los libros.
Banales luces de nada.
Banderas de naciones sin brillos.
Me alejo de la ventana,
del hedor, del aire impío.
Resurgir de mis mañanas
con el cadáver del hombre
que perdió el camino
o le cortaron el aire
porque duele el aire limpio.
Menos mal que aún hay locos
que se atreven a decir
aunque los mierdas que creen pensar
no escuchan, no tienen oídos,
no saben cómo vivir.
(Angel Garcés)
Poesía convertida en voz de pueblo. Denuncia a malas administraciones gubernamentales.
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